Antes de empezar a enumerar todo lo que distingue al SEO del SEM se impone definir estos dos conceptos brevemente. Ambos son las dos caras de la misma moneda, es decir, de la presencia de tu negocio en buscadores.
En primer lugar, se puede decir que el SEM es una estrategia publicitaria de pago en buscadores. Sus siglas en inglés significan Search Engine Marketing, o lo que es lo mismo, marketing de motores de búsqueda. Google Ads o Microsoft Advertising serían dos ejemplos de plataformas en las que realizar este tipo de acciones.
Por otra parte, el acrónimo SEO hace referencia a la optimización de una página web para motores de búsqueda. El término completo en inglés sería Search Engine Optimization. Se trata de acciones comunicativas orientadas a la interacción entre el potencial cliente y tu marca a través de tu página web.
Hay una idea bastante extendida según la cuál una de las diferencias entre SEM y SEO es que este último no cuesta dinero. Esta afirmación es rotundamente falsa. El SEO no es una estrategia de PPC como Google Ads, por ejemplo, pero el trabajo de optimización de un sitio web tanto para buscadores como para usuarios supone tiempo y esfuerzo. Nadie trabaja gratis.
Diferencias entre SEO y SEM
Después de esta primera aproximación a los conceptos básicos que manejaremos a lo largo de estas líneas vamos a entrar con mayor detalle en las principales divergencias entre SEO y SEM.

Lapso de tiempo hasta obtener resultados
Uno de los aspectos más importantes que distinguen al SEM del SEO es que el primero ofrece resultados mucho más rápido. El motivo es muy simple. Para que los anuncios de tu negocio aparezcan en la página de resultados de búsqueda sólo debes realizar una inversión y crear tus campañas mientras que implementar un plan SEO efectivo es un proceso largo y complejo.
Lidiando con la sostenibilidad
Esta es la consecuencia directa de la situación descrita en el apartado superior. Mientras que tus campañas de marketing en motores de búsqueda te darán resultados siempre y cuándo las mantengas activas el impacto de tu estrategia SEO puede notarse aunque hayas dejado aparcada momentáneamente la optimización de tu web.
Esto es bastante lógico. Si decides pausar tus campañas de Google Ads tus anuncios dejarán de aparecer en la página de resultados de búsqueda al instante. Por lo tanto, perderás ese tráfico y esas ventas que recibías a través de ese canal publicitario.
Con el SEO no ocurre lo mismo. Puedes dejar de optimizar tu web para buscadores y no experimentar una pérdida inmediata de la visibilidad que habías conseguido hasta la fecha. No obstante, no te recomendamos que sigas ese camino ya que con el tiempo también decaerá tu posicionamiento al no mantener actualizada tu estrategia.
Acciones con distintos objetivos
Mientras que el SEM está más orientado a la venta directa el SEO se ocupa de impulsar la visibilidad de tu marca y tus productos. Para entender esto se impone volver sobre nuestros pasos e incidir de nuevo en algunos conceptos.
En un artículo anterior te explicamos los tipos de tráfico web. Entonces decíamos que “el tráfico orgánico se compone de usuarios que han encontrado tu negocio haciendo una búsqueda, sin utilizar ninguna URL concreta de tu sitio web”. Pues bien, ese es el campo del posicionamiento SEO.
Cabe destacar que ningún profesional puede garantizar que un determinado contenido o página de tu sitio web aparezca en la parte superior de los resultados un buscador. No hay fórmulas mágicas a nivel SEO, sólo una labor de mejora continua.
Por su parte, el SEM también busca dar respuesta a las necesidades de los usuarios proporcionándoles información relevante sobre tus productos o servicios pero en última instancia lo más importante es que tus clientes potenciales acaben realizando alguna acción en tu sitio web que sea interesante de cara al negocio. Recuerda que hay muchos tipos de conversiones.
Ojo, en la práctica estas divergencias se diluyen un poco. Por ejemplo, con Google Ads puedes hacer una campaña de Display para dar a conocer tu negocio y a veces un usuario puede entrar en tu web después de realizar una búsqueda informacional y acabar completando una compra.
La optimización y su impacto
Seguro que en muchos artículos habrás leído que cuándo haces marketing en buscadores tienes un control más directo de las acciones de optimización a seguir para alcanzar los objetivos de tu negocio y su resultado. Esto es verdad sólo en parte.
Imagina que tienes una tienda que vende zapatos online a nivel local. Por supuesto, podrás elegir las campañas que quieres crear, seleccionar las palabras clave, establecer pujas, diseñar diferentes creatividades o asignar el presupuesto máximo a gastar.
Pero si lo piensas bien no te será difícil comprender que nuestra zapatería local no puede competir con grandes tiendas de zapatos con presencia a nivel nacional. Al igual que pasa a nivel SEO, estás sujeto a las circunstancias del mercado tales como la situación de la competencia o la conducta de los usuarios.
Dentro del Search Engine Marketing es más fácil y rápido corregir el rumbo si vemos que nuestras campañas no están respondiendo a los intereses y necesidades de nuestro público objetivo. Pero esto no implica que no se puedan monitorizar los resultados del trabajo a nivel SEO y ponerle remedio a los errores detectados. Herramientas como Sistrix o Google Search Console pueden ser muy útiles.
Ten presente que no basta con monitorizar resultados y hacer los cambios que se consideren oportunos. Siempre existirán factores que escaparán a nuestro control como un actualización del algoritmo de Google o la aparición de un nuevo competidor con mejores condiciones de servicio.
El contenido de las landing page
Los contenidos de las páginas del sitio web de tu empresa siempre han de redactarse por y para los usuarios. Si das respuesta a su intención de búsqueda y les ofreces contenido relevante y cuidado es más probable que consigas aparecer en buena posición dentro de los resultados orgánicos del buscador o que lleven a cabo una compra.
Este razonamiento tiene dos partes. En primer lugar, en el posicionamiento SEO se busca que tu página web se convierta con el tiempo en un portal de referencia dentro de determinado tema o sector empresarial. Así crecerá la visibilidad de tu negocio.
Por su parte, la estrategia SEM tiene un propósito comercial. Pero que se pretenda aumentar el volumen de ventas o de leads no implica que haya que cambiar el contenido de las landing de tu sitio web.
Puede que hayas leído anteriormente que es mejor contar con páginas específicas para tus campañas SEM que incluyan una llamada a la acción e incentiven al usuario a comprar. Esto era necesario cuándo el comercio online estaba en ciernes pero esos tiempos ya pasaron.
Hoy en día has de utilizar para tus campañas de marketing digital la misma página que trabajas a nivel SEO. De no ser así, corres el riesgo de crear contenido duplicado o de sufrir los efectos de la canibalización de palabras clave.
En definitiva, es importante tener claro cuáles son las diferencias entre SEO y SEM para optar por uno u otro camino en función de las necesidades de tu negocio. Sin embargo, no olvides que tus clientes son el centro de tus acciones de posicionamiento web y marketing digital.