Antes de Google
En la década de los noventa los motores de búsqueda eran más bien directorios de páginas web gestionados manualmente. Los dueños de los dominios tenían que solicitar que sus páginas fuesen dadas de alta si querían aparecer en los buscadores.
En esta época, el problema para los buscadores era como ordenar el contenido. La mayoría los ordenaba alfabéticamente. También se tenían en cuenta las palabras clave (keywords), los títulos y las meta-descripciones. Ni que decir tiene que la mitad de las veces los resultados de la búsqueda estaban muy lejos de las expectativas del usuario.
Obviamente el link-building tal y como lo conocemos simplemente no existía. Para conseguir visitas se buscaba darse de alta en los buscadores de referencia, en ruedas de blogs e intercambiar enlaces con páginas de referencia en nuestro sector.
El algoritmo del Page Rank
En definitiva, los directorios y buscadores tenían el problema de como ordenar de manera relevante los contenidos de sus indices cuando alguien realizaba una búsqueda. La solución vino de la mano del algoritmo del Page Rank.
Este algoritmo se desarrolló en la Universidad de Stanford por Larry Page y Sergey Brin en 1996 como parte de un proyecto de investigación acerca de un nuevo tipo de motor de búsqueda. El algoritmo del Page Rank presupone que puede medirse la popularidad de una página por el número de enlaces que recibe. Así una página aparece en el puesto más alto debido a que tiene más enlaces apuntando a la misma.
Este concepto no es original y está influenciado tanto por el análisis de citas, desarrollado por Eugene Garfield en la década de 1950 en la Universidad de Pennsylvania, como por el concepto de “Hyper Search”, desarrollado por Massimo Marchiori en la Universidad de Padua.
El primer documento sobre el PageRank se publicó en 1998. Poco después, Page y Brin crearon el motor de búsqueda de Google.
Hecha la ley, hecha la trampa.
Obviamente los SEO no tardaron en buscarle tres pies al gato y encontrar la forma de convertir el link-building en un negocio rentable. A fin de cuentas, si conseguías posicionar mejor una página mediante enlaces entrantes, lo lógico era conseguir tener la mayor cantidad de los mismos.
Algunas técnicas que se empleaban eran:
Crear miles de páginas internas que enlazaran a portada o a posts específicos pero que no fueran enlazadas recíprocamente. Después se les enlazaba desde otros portales para “blanquear” fuerza al portal.
Patrón de enlaces entrantes con anchor de keyword exacto.
Enlaces desde menú, mucho más valorados que los enlaces únicos desde artículo.
Enlaces desde portales de temática totalmente diferente.
Directorios de PR alto que vendían enlaces.
Y llegó el Pinguino a “SEO City”
Obviamente todo esto suponía una manipulación tanto de las políticas de Google como una adulteración del sentido originario del Page Rank. Google decidió buscar una solución a este problema y la encontró gracias al temible Pinguino.
Google Penguin es una actualización del algoritmo de Google lanzada el 24 de abril de 2012. Como decimos el objetivo central de esta actualización es combatir el spam y los enlaces de baja calidad. Algunos ejemplos de prácticas penalizadas serían:
El uso abusivo del mismo texto en el enlace (o anchor text)
Enlaces desde páginas que ya han sufrido una penalización.
Enlaces pagados.
Excesivos enlaces recíprocos.
Directorios web de baja calidad.
Enlaces ocultos, ya se bajo css o técnicas de cloacking.
Generación masiva de enlaces.
Situación actual del link-building
¿Significa todo esto que el link-building está muerto? Nada más alejado de la realidad. El link-building está vivo y puedes estar seguro que es imprescindible para conseguir un buen posicionamiento orgánico.
De hecho, hace poco Andrey Lipattsev, “Search Quality Senior Strategist” en Google Irlanda comentó cuales eran los principales factores de posicionamiento. Dijo textualmente que los dos principales factores son: “. It’s content, and links pointing to your site”. Vamos, el contenido y los enlaces apuntando hacia tu sitio. Más claro el agua.
Podemos afirmar sin ningún lugar a dudas que el link-building sigue siendo esencial para un correcto posicionamiento. Pero la forma de hacerlo ha cambiado. Debemos cuidar la calidad de los enlaces, su relevancia para nuestro sitio y procurar que, en general, procedan de páginas de una temática parecida.
¡Y por supuesto, huir de las prácticas de link-building penalizadas por Google!